Voy a correr la noche sin medidas.
En compañía del viento, despeinada.
Buscaré las caricias desmedidas
y la promiscuidad más degradada.
Voy a correr la noche calle arriba.
Para deshilacharme en las almohadas.
Esperando que llegue el forastero
y me cargue en su espalda.
No pondré resistencia ante sus brazos.
Me dejaré llevar, como si nada,
y bajaré sumisa la cabeza.
Para así recordar tantas nostalgias.
Me quedare dormida boca arriba,
con el ronquido triste de los muertos,
y al despertar, tal vez envejecida.
Vuelva a correr la calle boca arriba
para morir de sed bajo el cemento.
Alicia Celada
Comentarios