Niño, hombre ,macho--


Mi niño clama, y yo proveo, la tibia leche, y el blanco pecho.
Si el niño llora yo lo consuelo, besos de madre, cuentos de abuelos
 y muchas nanas para sus sueños.
Mi hombre me mima y yo me dejo, madeja al cuerpo, ovillo al pecho.
Mi macho pide y yo obedezco, hincada al piso, atada al techo.
Yo soy su hembra de todo ángulo, para su antojo y sus pecados,
yo soy su niña en todo encuadre, muy entregada a sus cuidados,
 con mis caprichos tan custodiados.
El es completo, niño, hombre, macho, integro en todo como demando.
El me deleita con sus lamidas, y yo me siento muy corrompida,
estando junto todo se esfuma, todas las penas, las amargura,
y sólo queda la blanca luna ,que se avergüenza de las lujurias.
El paraíso, se precipita, sobre los cuerpos que se humanizan y se animalan.
Toda la tierra se ruboriza, se escandaliza, mientras un hombre y una mujer,
se entregan todo en el momento de la pasión.

Alicia Celada


publicada junio 2006

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