Calambur
He conocido hombres de todos los tamaños. Grandes, pequeños e insignificantes, locos, aristocráticos, veletas, tontos, mediocres, genios y poetas, sabios, putos y profetas. De todos los colores, de todas las edades, tiernos, viriles, toscos y cobardes, valientes, puritanos y leales, salvajes, atrevidos, desmedidos, insolentes, donceles y machistas, prepotentes, sumisos, mentirosos, hermosos, caprichosos y asquerosos, casados, solteros, separados, indecisos y pobres desgraciados, atormentados, lerdos, apurados, exasperados, torpes y engreídos, creyentes, ateos y dudosos. Hombres de los suburbios, hombres de los castillos, hombres de los salones, hombres de las alcobas, hombres de los zaguanes, hombres de las gramillas hombres de las esquinas, hombres de las bocinas, borrachos, drogadictos y convictos, decentes, indecentes, malhechores, ladrones, parroquianos, militares, dementes, supercuerdos, supermanes. Alicia Celada...